domingo, 22 de mayo de 2011

No distance left to run

Es difícil retomar los viejos hábitos, sobre todo cuando se tiene tanto que escribir y no puedes organizar las ideas que revolotean en tu cabeza. El título de esta entrada es tomado de una canción de Blur que explica a la perfección cuando algo llega a su fin. Los últimos seis meses de mi vida han sido los más complicados, duros, crueles y que definitivamente cambiaron mi forma de ver las cosas. Cuando la muerte del ser que más amas ocurre, no estás preparado, aunque las circunstancias por las cuales pasa te digan lo contrario. No hay palabras de consuelo, no hay manera de aceptarlo y solo resta el aprender a vivir sin esa persona a tu lado. El tiempo transcurre tan rápido y, a la vez, parece que permanece estático y tú simplemente estás contemplando como pasan las horas, los días, las semanas y los meses sin poder hacer algo al respecto. Hay momentos de alegría, pero recuerdas que ya no puedes compartirlos con esa persona y la tristeza regresa nuevamente... "Es un proceso, pasará" dicen, pero mientras eso ocurre, todo parece irse al carajo. ¿Qué se puede hacer? Asimilarlo y recordar a esa persona que tanto significa para que la verdadera muerte nunca llegue. Mi abue murió el 22 de noviembre del 2010... Fue una mujer admirable, que me amó hasta el último momento de su vida con todas sus fuerzas; dejó muchas enseñanzas de vida, mucho que aprender, tanto que recordar y agradecer que esta vida no me bastará para demostrarlo. Me dejó su ejemplo, sus valores, su amor y su fuerza; me dejó una infancia feliz, una vida llena de recuerdos hermosos y maravillosos y la confianza de que ella está a mi lado. Y tengo la esperanza de que en un futuro, cuando sea la hora de decir adios, ella estará esperando por mí y volveremos a estar juntas y esta vez, será hasta la eternidad.

María de Jesús Hernández Servín... La mujer más admirable que jamás conoceré. QEPD